Earlscliffe, el sabor a hogar
Earlscliffe, un lugar donde transcurre una convivencia internacional, con alegría, respeto y participación conjunta. Donde las relaciones son de apoyo mútuo y de apertura. Donde cada «loco bajito» recibe un trato personalizado. Porque todos son únicos.
Esto es lo que sucede en Earlscliffe. Sabor a hogar.
Pero los hogares los construyen las personas. Y nuestro ramillete de Tesoros, son de ese tipo de almas que generan sabor a hogar.
Contaba las horas servidora para que llegara nuestro encuentro de la tarde. Preveía y así sucedió, una explosión de felicidad, aprecio recíproco y sentido de bienestar general. Los Tesoros regresaban de la capital Londinense cargados con su shopping, mientras servidora permanecía en el umbral del edificio principal con los brazos abiertos. Impaciente, muy impaciente.
Un encuentro SUBLIME. Solo un gran escritor podría trasladar a papel el intercambio de emociones sucedido en la tarde de hoy.
Tan solo 4 días llevan aquí. Integrados como pez en el agua con los estudiantes y el staff, con sonrisas amplias como mares, risas, complicidad y alegría sostenida. Y todo esto, mientras aprendemos inglés y habilidades para la vida. Porque ante todo, nuestra mirada está puesta en el aprendizaje y aprovechamiento consciente de ésta oportunidad.
Compartimos durante la cena anécdotas, informaciones sobre sus clases y compañeros de habitación, y nos despedimos hasta mañana el desayuno donde disfrutaremos de sus clases y los debates de la tarde.
Nos vamos a la piltra con esa sensación de día de premio. Satisfacción de vivir su momento en primera persona. Sintiéndonos afortunados por poder participar en su travesía de vida. Agradecidos y con parte de esa luz propia que han compartido con servidora.
Reloj, no cuentes las horas. Nunca tuvimos a Lucho Gatica tan presente.
Felices sueños desde Folkestone. Los Tesoros duermen. A pierna suelta.
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