Para atrás, ni para tomar impulso
Cada día es diferente aquí. No solo porque hoy tocaba día de excursión a Portsmouth, sino porque los propios sucesos de cada día marcan la diferencia entre ellos.
El Puerto Histórico de Portsmouth y su centro de shopping, nos ocupó toda la jornada de hoy. Bueno es, que llevábamos los buches al completo con nuestro English Breakfast mañanero. Un poco de cultura naval combinada con compritas varias, nos cargó de baterías a pesar de las dos horas de trayecto a destino.
La mayoría de los Tesoros adquirieron nuevos hatos apuntando a la discoteca del viernes, creo yo. Es chulísimo verles esa ilusión en sus caritas.
Llegados a campus, cómo no, servidora estaba con los brazos abiertos y conforme bajaban del autobús, achuchón va, achuchón viene. Bajaban como pollos sin cabeza. Estaban derrengados.
En plancha para la cena, fue momento para compartir novedades y en algunos casos, reconducir algunas actitudes mejorables en materia de convivencia, recolocarnos y apuntar con excelencia a un mejor ser, hacer y estar en el ámbito multicultural. También dimos un repaso hoy al tema de la interculturalidad en los tiempos entre bandejas, cuando compartimos gastronomía. Creo que les quedó claro.
Recordatorios y más recordatorios. No debemos perder esa brújula interior de lo que hemos venido a hacer aquí.
Con todo, un ramillete de Tesoros maravillosos. Y cada uno, aprendiendo en su campo de mejora, reforzando fortalezas y minimizando debilidades. Y sin móviles a la rotonda.
Viento en popa a toda vela. Como los barcos de Portsmouth.
Felices sueños desde la campiña británica. Los Tesoros están con su piscolabis antes de enpiltrarse.
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