Como los huevos pochados

El cielo abierto de ayer y sus rayos de sol, fue solo el reclamo de bienvenida.

Ni 24hrs ha tardado en asomar el verdadero clima británico. Día encapotado con una descarga de agua brutal en nuestro cierre de jornada y niñ@s corriendo a sus residencias con la fuerza de su propio griterío. La esperada paz de la campiña británica aquí no existe. Que se lo digan a nuestros habitantes los patos.

Este fue el cierre de la jornada. ¿Pero qué nos deparó el día?

Energía ilusionante mezclada con temor a lo desconocido y nostalgia para un Caco que arrancaba su tercera semana sin sus amigos internacionales. Cada uno cargaba en su mochila su punto de partida de aprendizaje. Y todos, apuntando a la misma dirección. Tras un desayuno de rompe y rasga, nos fuimos a hacer nuestro examen de nivel de inglés mientras super Caco retomaba sus clases cotidianas.

El aprendizaje dentro del aula se combinó con baloncesto, tenis, natación, la búsqueda del tesoro o paseo por la naturaleza. Todo menos estar parado.

Nos re encontramos para la cena. La amplia mayoría de los Tesoros, enamorados de la comida. Caras más relajadas, contentas de haber superado su primer día con éxito, y un Caco más reconfortado adaptándose a ese «la vida sigue igual» del icónico Julio Iglesias.

Un disfrute observar tan de cerca las pequeñas transformaciones de nuestro día a día. Tanto más pongamos, más recibiremos.

Felices sueños desde la campiña británica. Como los huevos pochados pero nada que pueda frenar la ilusión por nuestra aventura del inglés.

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