Sabíamos que ese sol caliente con cielos despejados, no podía durar mucho. Y por otra parte, vivir una experiencia británica sin las oscilaciones de temperaturas y las lluvias, era del todo fortuito. Nos aportaba además una visión incompleta de nuestra estancia aquí.
Por fin pudimos sacar nuestros chubasqueros, mangas largas y paraguas.
Servidora estaba encantada. Aunque me pillara en peno trayecto a Brigthon para visitar a los otros tesoros de Loxdale.
La jornada transcurrió con normalidad, disfrutando de nuestra rutina aprendida y poniendo en práctica nuestro inglés. Llegué a nuestro campus cuando finalizaba su actividad de ocio y deportes de la tarde y en pleno descanso previo a la cena. Aproveché para cenar con ellos y compartir un rato de su jornada. 🙂 Siguen huyendo de las verduras. Todos.
Ni haciendo la cola, pararon de sonreír. Y es que no hay nube que se nos resista.
El día se cerró con una actividad cañón. Agrupados por «casas», participaron en una competición, unos representando y otros animando. Pruebas todas divertidas y retadoras. Se nos echó el tiempo encima y no pudimos cumplir con el programa. Nos perdimos la posibilidad de disfrutar de nuestro Super Nacho, que iba a representar a su casa en uno de los «challenges«. Se con seguridad, que nos hubiera faltado el aire. Ese carisma y humor suyos, contagia a todos. Es bárbaro. 🙂
Mientras se desarrollaba la competición, fui captando algunos primeros planos. Un día de martes tranquilo, de buen ambiente y aprovechando la oportunidad de estar aquí.
Empezamos con la cuenta atrás por mucho que nos pese. Aún así, a por el miércoles con ilusión.
Felices sueños desde una Inglaterra que por fin ha refrescado.
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