Estamos en racha. Parece que los astros intuyen nuestro regreso en breve, y nos están regalando unos días de sol y temperaturas caribeñas envidiables. Y es que…nos cambia la cara cuando amanecemos y vemos ese cielo resplandeciente. No sabemos apreciar lo que tenemos hasta que nos escasea.
Y con sonrisa de oreja a oreja, los mayores se marcharon a Canterbury mientras que servidora marchó con los pequeños a la Reserva Natural de Port Lympne.
¿Por dónde comenzamos?…va! por nuestros mayores! Me vi con ellos antes de la cena, en el «registration» que pasan por la tarde y me volcaron sus primeras impresiones. Se enamoraron de Canterbury, como lo hice yo en mi primera visita. La ciudad no tiene desperdicio.
Jorge me decía que él de compritas nada. Que se lo había liquidado en la primera excursión para quedar libre de cargas. (me moría de la risa). Lo que mas le gustó, el paseo en barca por el canal. Las dulcineas Teresita, Amparo y Ana, enloquecidas enseñándome su shopping: suéters, zapatillas, calcetines… Cómo se lo han pasado!! Menudo convoy llevaban. Teresita nos ha regalado éstas fotos. 🙂
Mientras los tesoros mayores arrasaban en la civilización, nosotros nos convertíamos en exploradores y vivíamos una experiencia entre la fauna más salvaje.
Comenzamos la expedición con un camioncito de la época de Franco cuando era cabo. Nos recolocó a todos las cervicales. Eso sí, ambientado y acorde a la categoría de Safari que disfrutaríamos durante toda la jornada.
La extensión, inacabable, nos regaló bisontes, jirafas, rinos, tigres y leopardos… y otros seres vivos que no había visto en mi vida.
Parte del trayecto lo hicimos caminando, y así aprovechamos para cargar baterías y tras nuestro picnic, seguir devorando. No se donde se lo meten…
Lo que sí que se es que nuestros tesoros pesan. Conforme pasaban las horas, se iban enganchando a mis brazos y casi me dejan a lo primate. Los brazos me arrastraban 🙂 Pero luego, veían un columpio o un catalejo o lo que fuese, y recuperaban energías en un plis plas. No tienen morro ni ná. 🙂
Cerramos la excursión con un pequeño shopping de peluches, libretas, bolis de temática animalística. Todos picaron algo. Veremos a ver cómo recubicamos el contenido de las maletas. Hemos empezado ya y mañana supervisaré todo.
Llegados al campus, tuvimos una horita de descanso, cena y deportes para los seniors mientras los juniors jugaban al pinpon, tres en raya, cartas, la wi…
Toque de corneta y a las camas. Los juniors se van a la primera, mientras que los seniors se hacen los remolones.
Mensaje de whatsup del día– Teresita, Amparo y Ana, tan a gusto de cuchipandeo en el common room, no había forma de enviarlas a dormir. Estaban ji ji ja ja. Organizando con un monitor el regreso a las habitaciones, mi móvil me avisa de un mensaje nuevo de nuestras niñas: «The second mum cortando el rollo jajajaja»
De ésta guisa me fotografiaron nuestras paparazzis.
Y es que…me encanta poner orden!! Los otros niños me miran pensando…y ésta…¿De dónde ha salido? La verdad, es que vivo la experiencia en campus como uno más del equipo de Earlscliffe. Es por eso por lo que cuando me desgastan mi nombre de pila, pasan a llamarme Hortensia. 🙂 Hoy ha sido un día de esos.
Os regalamos una foto del día. Por su energía y por lo bien que me encuentro rodeada de mis tesoros.
TIC TAC TIC TAC…la cuenta atrás…disfrutemos de los últimos momentos.
Voy a hacer la última revisión de habitaciones y comprobar que están todos roncando. Las vísperas a los viajes de regreso nos aceleran a todos.
Felices sueños, queridos padres.
Pepa Ferrer- Programas de Idiomas en el Extranjero
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