El número 8, asociado a los desafíos y retos
Somos unos valientes. El reto de hoy fue sobrevivir a nuestro planazo de martes sin morir en el intento por las altas temperaturas.
Un día de fuego que nos marcaría los ritmos, las actividades escogidas e incluso la flexibilidad de impartir algunas clases bajo la sombra de los árboles.
Los rayos de sol caían como espadas, los grados de temperatura como el plomo. Solo nos faltaban un par de túnicas para circular como Lawrence de Arabia por los rincones del campus. Ni los patos del lago hicieron su aparición hoy. Eso, o a lo mejor nos los llevamos en las ensaladas del medio día.
Los Tesoros se incorporaron a sus clases, con ventiladores de cuando Franco era Cabo, y abanicos de folios improvisados. Siempre la cantinela de que nunca hace calor en territorio británico y cuando cae, nos haría falta cuatro Nilos para refrescarnos.
Nos infiltramos en la sesión de proyectos de algunos de ellos y disfrutamos de la creatividad y el trabajo en equipo cerrando la tarde con manualidades y voléibol. Un gusto acompañarles y comprobar su actitud hacia la participación.
El cierre de martes fue de traca. Celebramos un carnaval con música, hinchables, competiciones de Sumo, caza de patos o incluso mini furgoneta de helados traída de la civilización.
La actividad por excelencia fue la lucha de Sumos. Cuando servidora vió a un Álvaro y un Mauro en acción, ambos semi profesionales del Judo y del Rugby, desempolvó el padre nuestro y lo rezó de carrerilla hasta el final de la batalla. Les secundaron Marta, Quique, Ricitos de Oro y Good Nit. Con la que caía y ellos ¡dentro de esa bola sintética rulando en todas direcciones!
Y sí, una jornada donde todo ha fluido. Solo nos faltaron las túnicas e interactuar más con la comunidad internacional en los tiempos de las comidas y ratos libres. Pero por eso somos el número 8, porque ese es nuestro desafío y lo vamos a conseguir. Hasta que nos peguemos a la comunidad internacional, como la hiedra a la pared.
Queridas familias, viento en popa a toda vela.
Luces apagadas. Los Tesoros dormitando tras su gran jornada de aprendizaje.
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