Hoy escriben ellos

19.00 pm entrando en campus. Tras día y medio de ausencia, esperaba encontrármelos a todos.

Casi.

Empezaban tras la assembly de la tarde, la sesión de actividades de la noche. Unos fútbol, otros pintura, otros juegos al aire libre. Dispersión, dispersión.

Logré aplacar a 4 de los Tesoros y entre Gabriel, Caco, María y Marta, encontramos el contenido del blog para compartir esta noche.

El día de miércoles tuvieron una excursión que ni fú, ni fá. El Castillo Arundel que personalmente me parece una pasada, como que plin para los Tesoros. La opción de cultura sin combinarlo con un poco de shopping, hizo que Gabriel continuara llevando pantalón corto a pesar de los 13 grados británicos y que Polvorilla siguiera amortizando esas zapatillas prestadas de la talla 100.

Arrancamos la puesta en común con puntuaciones. Entre un cero y un 10, estamos entre el 7 y el 8. ¿Por qué tan bajo, preguntó servidora? La diversión se sucedía con momentos teñidos de nostalgia por la familia y amigos, la comida española era extrañada por sus estómagos y todavía no habían visitado Londres.

Como cosas buenas, diremos en líneas generales, que el nivel de gramática de la clase de inglés de Gabriel ya es más alto,  Marta comenta que la comida es cada vez mejor, Caco que la inmersión internacional empieza a cobrar peso, compartiendo así con brasileños, italianos, franceses., y que le chifla su casa, y María que las instalaciones son lo más.

Bonita puesta en común como excusa perfecta para compartir un rato juntos. De eso se trataba. Felices están, lo veo en sus caras.

A lo lejos vi a un Marcos, un David, un Marc y un Juan que se iban al campo de fútbol. Mañana haré un «catch up» con ellos, como bien dicen los ingleses.

Viento en popa a toda vela, queridos padres. De regreso al campus con energía para parar un tren.

Felices sueños desde Folkestone. Luces apagadas.