Estamos ya en el ecuador de nuestro Campamento de Pascuas en Inglaterra. Si éste punto equidistante va a marcar un ascenso en nuestra experiencia británica, vamos a llegar como motos a Valencia.
¿Por dónde empezar? La jornada ha sido brutal. Por lo que no va a haber una «foto del día» que regalaros, porque todas son únicas.
La dinámica matinera ha transcurrido con normalidad. Nuestro «Breakfast» y clases. Servidora ha realizado la incursión pertinente para ver lo aplicados que estaban nuestros tesoros. Me gustó verles participar, independientemente del brillante feedback que he recibido de todos ellos. Me tienen loca.
Hasta aquí, todo como se esperaba en una jornada de viernes y cierre de nuestra primera semana en Earlscliffe. Conforme avanzaba el día, así lo hacía el cuchipandeo. A las 12.30 comenzó nuestra comida, y con ella, unos niveles de carcajadas que no nos permitieron acabar los platos.
Les prometo queridos padres, que solo hemos comido ensaladas, hamburguesa con patatas fritas y fruta.
Continuaron con sus clases de «Active English» y de ahí, nos fuimos como actividad de la tarde de escapada a la maravillosa playa de Folkestone, a 10 escasos minutos paseando desde el cole. Hemos recogido unos momentos inolvidables. Tomamos algunos primeros planos impresionantes.
Mientras unos jugaban al balón, otros recogían piedras de recuerdo, contemplaban la inmensidad del mar intentando divisar Francia…armonía, mucha armonía era lo que se respiraba.
Mi little Enzo me dió una sorpresa que me provocó hasta hipo!!. Me regaló una piedra singular…de apariencia común…pero que cuando te fijabas, tenía en su centro una parte fosilizada con forma de corazón. Ya me diréis queridos padres, cómo se gestiona ésto. Estos momentos son lo que me hacen amar profundamente mi profesión.
Combinamos la escapada en la playa con una visita al centro de Folkestone. Nuestra princesa, considerada Teenager, se fue en grupos de 4 por su cuenta. Conmigo vinieron mis mosqueteros y cómo no, hicimos un alto en Mc Donalds y luego en el supermercado.
Disfruté de cada minuto de su compañía. Más no me pude reír.
Tras la cena, el colofón de la jornada de viernes: «Minute to win». Un juego donde divididos por grupos, había que ir superando pruebas en menos de un minuto. Por supuesto que Spain tuvo una participación rompedora. Como siempre digo, sin participación no hay compromiso. Así que….a por todas!!
Y así hemos cerrado el día. A lo grande. Con mucha felicidad.
Comparto con ustedes, queridos padres, lo que nos une principalmente: unos tesoros maravillosos y únicos.
GRACIAS.
Felices sueños desde Folkestone. La ciudad entera se está preparando para el gran día de mañana.
Pepa Ferrer- Asesora de IDIOMAS en el extranjero
Deja tu comentario