El Londres de Shakespeare

Probablemente nuestros Tesoros no sean todavía conscientes del aprendizaje adquirido en la visita de hoy.

Recordemos que los miércoles son días dedicados a la cultura a través de una excursión de contenido relevante. Lo compensamos siempre con una horita y media de shopping, que les permitan relajar la reproducción de neuronas mantenida durante la actividad educativa organizada.

La escapada al Teatro de Shakespeare fue brutal. Una visita guiada a la réplica exacta de lo que fue el edificio del XVI-XVIII precedida por un tour de la mano de uno de los actores que participan en las obras dramaturgas y rematado el encuentro con un taller práctico de teatro.

¿Por dónde empezar a contar esta inmersión en el mundo de Romeo y Julieta?

Conocimos la relevancia del teatro de la época como vehículo de denuncia de tema social y político, el impulso de la lengua del inglés a nivel internacional a partir de aquel entonces, el tipo de construcción abierto de la época para facilitar el acceso de la luz y con una planta circular al objeto de proporcionar buena acústica…y muchas otras enseñanzas compartidas.

El taller rompió esquemas a todo el alumnado. Servidora disfrutó como nunca. Quizá por aquel curso anual de teatro que realicé en la Escuela del Actor en Valencia, intuía ya de entrada cómo iba a centrarse esa sesión práctica de interpretación. Lo que los Tesoros no entenderán hasta más adelante, es que a través del teatro se gana en confianza, se mejora en postura y comunicación, la proyección de la voz se aprende a controlar, se toma consciencia del lenguaje corporal, se adquieren habilidades para hablar en público …y todos, absolutamente todos, necesitamos esas soft skills para la vida.

Una pildorita formativa de lo que ojalá, decidan los Tesoros luego por si mismos, profundizar en otras etapas de su vida.

La jornada también tuvo un recordatorio fuerte sobre el compromiso y la responsabilidad de lo que hemos venido a hacer aquí. Es a través del inglés, la manera que nos abrimos al mundo y la forma en que permitimos estar accesible a otras nacionalidades. Hubo que ajustar esa brújula interior que nos recondujera hacia una participación internacional, evitando asemejarnos a los estereotipos españoles que andan sueltos por el mundo, sin rumbo y en su propia burbuja española donde la experiencia en el extranjero no tiene calado alguno.

Nosotros, tenemos y debemos querer ser diferentes. Ese compromiso, marca la diferencia.

Con esta reflexión cerramos el día. Los Tesoros en su última actividad de la noche (un Quiz), y servidora, con unas canas verdes más pero con la determinación de que apuntamos nuestros esfuerzos en la dirección correcta.

Dulces sueños desde territorio británico