Como peces en el agua

Tenemos que pulir cosas, no lo vamos a negar. Hay todavía trecho para la mejora como la interacción a full con los internacionales y la desaparición de los móviles durante el día. Varios warning ya han habido. Marcando límites y recordando objetivos.

Pero es que tan solo aterrizamos por aquí hace 24 horas y es asombroso cómo se están acoplando a la rutina del campus, la intensidad de los horarios, nuevas comidas y un contexto intercultural impensable desde el sofá de nuestras casas. Porque ya hablan de sus conocidos franceses, turcos, italianos, polacos, japoneses…y ese incipiente cuchipandeo abierto al mundo.

Como peces en el agua. 

Toque de corneta a las 7.00 am. Empezaron a asomar por el comedor con mangas cortas y canillas al aire mientras azuzaban temperaturas de 16 grados. Les faltó incorporar la sombrilla a sus mochilas.

Alegramos nuestros estómagos con un desayuno copioso y en plena digestión, a por el examen de nivel. Antes de la comida, estábamos todos en nuestras respectivas clases dándole al verbo to be.

Servidora permanece en la sala de profesores, desde cuyo ventanal fijamos mirada disfrutando de lo que vemos en esos tiempos de recreo entre clases y comidas. Acción e interacción. 

La tarde vino acompañada de tenis, fútbol y diseño de brazaletes. Desde un Polvorilla (Marc) y Polvorín (David) dando raquetazos a lo Nadal y calzando zapatillas prestadas de la talla 100 ,hasta la cuadrilla futbolera regateando autopases y metiendo goles, por no mencionar a las beautiful girls con la confección de unos brazaletes que ni los mejores escaparates de la 5ª avenida de Nueva York.

Intenso, día intenso. Para cerrarlo con una actividad por equipos de retos vinculados al mundo de la fotografía aprovechando el anuncio de retirada de móviles. Complicado ponerle vallas al campo.

Los veo y siento felices. Y yo con ellos. Porque la felicidad y el bienestar, son contagiosos.

Felices sueños queridos padres. Hemos cerrado nuestro primer día chapoteando como peces en el agua.