La jornada arrancó con expectativas. Todo nuevo. Mucho que aprender.
Las primeras clases, con grupos organizados por niveles, dos profesores distintos para ir acostumbrándonos a los diferentes acentos y dinámicas de clase, y sesiones proactivas con mucho aprendizaje. Y cómo no, todo ello combinado con una buena marcha de actividades y juegos.
Con Sarah Findlay, nuestra estupenda Manager, comenzamos nuestro «Assembly matinal», información de normas, unas pinceladas «culturales» indispensables en territorio británico (el please y el thank you hasta bajo la ducha), operativa general del campus y presentación de profesores.
Todo marcha viento en popa. Por ser el primer día, servidora no hizo una incursión a las clases facilitándoles así un buen acople en la marcha académica. Aprovechamos para realizar una escapada y hacer algo de shopping.
Pero pronto, llegados al campus se dispararon los flashes. Y es que nuestros chicos estaban en plenos «Juegos sin Fronteras»: juegos de diversión pura donde nadie quedaría intacto y donde la harina, los huevos, el agua y otros elementos serían protagonistas del momento.
Duchas urgentes secundaron ésta actividad, un poco de ocio en la sala de reuniones y a cenar! Nos esperaba un pollo al curry divino de la muerte, fruta y pasteles.
Era necesario coger fuerzas. La sesión de la tarde-noche, mientras algunos «teenagers» se iban al gimnasio, para el resto tenía un componente cultural: el Quiz. Una competición entre equipos donde abordarían preguntas de Historia y Geografía, Música, Política…
Equipo que ganaba, equipo que se zampaba la chuchería de turno. Hubo algunos que hicieron colección. Se los comieron como si no hubiera un mañana.
Finalizada la actividad, los chicos marcharon a su casa con los monitores y las chicas, alojadas en éste edificio principal desde donde escribe servidora, se retiraron a sus aposentos.
Es un presentimiento. Pero están haciendo piña todos y se están acoplando muy bien. Y en éste caso, una imagen vale más que mil palabras:
Y estamos solo en el segundo día….vivir en primera persona la evolución de éste proceso de aprendizaje académico y personal, todo un privilegio. La experiencia de hoy, nos carga de ilusión para las sorpresas que nos depararán mañana.
Nuestros tesoros duermen. Dulces sueños desde Folkestone.
Pepa Ferrer IDIOMAS- Asesora de Programas en el extranjero
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