De darlo todo como sino hubiera un mañana
Qué bonita esa palabra. COMPROMISO.
El cumplimiento de lo prometido. Vale más que una palabra ante notario, me decía mi señora madre.
Esa palabra mágica que hemos nombrado con los Tesoros desde nuestra primera entrevista. Compromiso para dejarnos la piel, realizando una inmersión auténticamente internacional, aparcando las tecnologías que tanto nos alejan del presente y de oportunidades sociales.
De eso ha ido un poco el día de hoy. Parte de nuestra labor educativa es servir de recordatorio y reflexión del compromiso que hemos venido a materializar.
Pico, Pala, Pico, Pala. Los primeros días son fundamentales para enrutar nuestro propósito de cumplimiento. Esa «palabra dada» fue fluctuándo durante toda la jornada de clases y actividades. Siempre compensando la balanza con participación y una actitud positiva y alegre del todo.
Las clases van viento en popa a toda vela. Las bandejas todavía tienen ausencia de ensaladas y fruta. En los deportes lo damos todo, bien sea pin pon con nuestras zapatillas prestadas de la talla 100, como baloncesto metiendo canastas por doquier.
La buena energía fluye. Tratando de orientarla sin escape alguno hacia la integración con la comunidad internacional y el firme propósito de dar un salto cualitativo en habilidades para la vida.
Mantengamos todo lo bueno que estamos haciendo sin perder de vista que la mejora contínua pasa por imprimirla de compromiso como sino hubiera un mañana.
A por todas mis Tesoros.
Mañana marcho a Earlscliffe mientras ellos disfrutan de una excursión al Castillo de Arundel. Los echaré de menos. 24 horas que desapareceré del campus con plena confianza en ellos y en lo que han venido a hacer aqui.
Felices sueños desde territorio británico. Ni el frío pelón de estos lares nos para.
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