Museo de Cªs Naturales, Buckingham Palace y Oxford street
Servidora se da cuenta de que se le hace tarde para escribir la crónica del día.
PI PI. Entra whatsup: «Pepa…the blog, that you forgot» (Good NIT escribiéndome a las 22.39 inglesas)
No se me había olvidado. Es que servidora nada más aterrizar por Folkestone de regreso de Londres, entró en zoom con entrevistas, se lió con emails y no le dió la vida «pa más». Ahora ya, con el bienestar que uno siente cuando se pone al día de trabajo, en pijama y con los rizos mirando para poniente, ¡comenzamos el storytelling!
Suenan los despertadores y salto olímpico de las respectivas piltras. Con emoción y energía, nos preparamos para Londres. El camino lo conocemos. Pero esta vez, nos espera el Museo de Ciencias Naturales con sus dinosaurios, mamuts y un desate animalístico que dejaría huella en nosotros. Con la zancada de un velociraptor, paseamos por los alrededores de Buckingham Palace, High park, adentrándonos en la vorágine de Oxford street.
Durante toda la travesía matinera, 14 alumnos de España, México, Turquía, Japón, Suiza y Ucrania, 2 staff y servidora en nuestro grupo. A un ratio de supervisión de 4,6. Un indicador de calidad a tener en cuenta. Volvimos a casa sin dejarnos a nadie por el camino.
Los adolescentes a tiempos controlados, hicieron marcha. Se mezclaban con sus amigos internacionales. Un gusto verlos.
Los juniors también se dividieron según intereses. Por la parte que a servidora le toca, parada para repostar en el 5 Guys y correteo por Oxford street como si no hubiera un mañana. Por cada tienda, un mechón de pelo verde nuevo.
Derrengados murmurábamos ¿Ya?, cuando tocaba recoger velas. Otro indicador de que lo pasaron pipa.
La jornada la podemos resumir así: entusiasmo, curiosidad por conocer, disfrute
Con esas emociones cerramos hoy nuestra última excursión en territorio británico. Estamos en la cuenta atrás. TIC TAC TIC TAC
Todo Folkestone está prácticamente apagado. Tan solo la luz de mi ventana refleja un tramo de calle. Escribiendo a los padres de esos Tesoros que tan plácidamente duermen. Un abrazo y mi cariño telemático. Tan lejos pero tan cerca.
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