La adolescencia en territorio británico

Una no sabe por donde empezar los post diarios hasta el último momento.

Mi plan era, queridos padres, contarles la aventura de la escapada de Eastbourne, su paseo por la playa y las casi tres horas de shopping ofreciendo unas pinceladas previas sobre el desayuno y la despedida matinera.

Pero todo cambia. Como las circunstancias que rodean nuestro día a día.

Repasando cómo había ido la jornada, veo a una Carmen limándose las uñas. Algunos bolsillos abultados en forma de cajas y unas uñas rollo arcoiris que asoman como las serpientes en temporada de lluvia. ¡Jozú! Momento de hiperventilación. Complicidad. Empiezan a asomar las cajas que abultaban sus bolsillos. Venga salir uñas. De todos los colores y estilos.

Si queréis que os rasquen, venid a Inglaterra.

Viva la adolescencia. Expresión máxima de esa búsqueda de identidad propia. Absorviendo como esponjas diversidad de tendencias, modas, desechando y tomando, fluctuando con el cambio, sintiéndose aventurer@s para explorar y probar. Mientras todo quede en cuatro uñas y una moda pasajera con el sentido común como hilo conductor, sigamos descubriendo.

La parte positiva de vivir una experiencia internacional en esta etapa madurativa, es que bien enrutada, facilita la apertura a la curiosidad, la creatividad, descubrir y descubrirnos.

Los Tesoros hicieron gran shopping. Sudaderas, gorras, camisetas, souvenirs. Y uñas. Muchas uñas.

Felices sueños desde territorio británico. Rascando cada minuto. Nunca mejor dicho.

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